El debate como herramienta educativa contribuye a preparar a los alumnos para dirimir conflictos de manera más eficaz, mejorando su capacidad crítica, es decir, la construcción y análisis de argumentos para compartir sus ideas. Esta práctica  permite explorar los múltiples puntos de vista en torno a un mismo tema y permite mostrar las razones de aquellos posicionamientos que no comprendemos, no compartimos y nos producen rechazo.

El hecho de discutir argumentando provee al alumno de capacidades críticas y analíticas que le aportan seguridad y confianza a él mismo y a sus ideas y opiniones. También proporciona herramientas para mejorar la comunicación, ayuda a organizar las ideas y aume
nta la capacidad para hablar en público. También ayuda a entender lo que los otros dicen, practicando la escucha crítica y aprovechando los argumentos ajenos para la elaboración de los propios.

La propuesta es que los participantes no decidan qué opinión defienden sino que les venga impuesta, de manera que en algunos momentos, deban apropiarse de posturas diferentes a sus convicciones personales con el objetivo de que exploren y defiendan diferentes opiniones sobre un mismo asunto.

Así, los alumnos tendrán que desarrollar una serie de habilidades: el trabajo de investigación,  el correcto uso del lenguaje, la elaboración de argumentos, el análisis de evidencias, la organización y síntesis de información, la persuasión, la elección de términos y vocablos, y la citación de fuentes, para convencer.